miércoles, 1 de febrero de 2012

Put on your Sunday clothes









Estamos a mitad de semana  y siempre lo estaremos cada semana  como la depresión de un terreno, como el peso en una cuerda de tender la ropa, como el bajón a mitad de carrera. Por eso hay que hacer un esfuerzo extra, hay que contrarrestar, hacer un esfuerzo e invertir los términos. Por eso os propongo escuchar Put on your Sunday clothes; para iniciar el ascenso. Poneros lo más colorido, lo más nuevo, lo más arriesgado encima de vuestro cuerpo y a lucir palmito. Lo de repetir la coreografía de Michael Kidd es opcional.



«Put on your Sunday clothes when
You feel down and out
Strut down the street and
Have your picture took».



Barbra Streisand no es una voz que me guste escuchar hablando en términos de empatía (si se puede usar  tan sinestésicamente la cosa). Lo contrario de lo que me pasa con Doris Day. Aclarar que estoy hablando solamente de voz «musical». Es la canción que más me cuadra en la Streisand su voz y su presencia. Pero sobre todo es que es un crescendo de autoconfianza infalible. La música y también el momento musical. De la casa a la calle, a la estación, a la ciudad y de la soledad a la compañía total.




La Hello Dolly cinematográfica.




Con este corte empezamos una nueva sección que está en relación con el objetivo y razón de ser de esta canción: levantar el ánimo, ser ingenuos, quitarnos ridiculeces de encima y por momentos actuar como si estuviéramos en un musical y todo fuera posible. Bastantes «no puedo» nos ponemos encima diariamente. Por eso el rincón de musicales será siempre bienvenido. Para que unos recuerden, para que otros descubran…




Carol Channing fue la primera.



Put on your Sunday clothes forma parte del musical Hello Dolly! Tras obras teatrales adaptadas apareció como musical en Broadway en 1964 y cinco años después en Hollywood de la mano de Gene Kelly. Escrita para Ethel Merman aunque se negó y lo lamentó, en Broadway abrió el camino a otras Carol Channing. Evidentemente estas y otras representaban la edad de una celestina, que tal era el personaje pero sorprendentemente Barbra Streisand lo interpretó en cine con tan solo 27 años. Tal vez esos rasgos tan definidos colaboraban para evitar la suavidad e indefinición de la juventud.



Parece ser que es una canción importante en Wall-e (Andrew Stanton, 2008), película que no he visto ya que tengo cierta «distancia» hacia el cine de animación. Será un esfuerzo pero tal vez caiga un día de éstos. En todo caso, espero que disfrutéis de la salida hacia Nueva York desde Yonkers y hagáis lo propio en vuestros lares, metafóricamente hablando.


NO MONDAY IN YOUR SUNDAY CLOTHES!!

2 comentarios:

Mr. Blood and Mr. Motherfucker Sunflower dijo...

He decidido coger los ropajes del domingo y plantármelos un sábado, en plan todoterreno. Llámame aventurero Erratticus, por dios, just do it!!!
Eso si, no pienso ni entaconar mis pasos de baile (me resulta un tanto grotesco) ni menear el pompis tan alegremente (esto me resulta vulgar). Pero vamos que cuando encuentre el vestuario acortinado de la Streisand me lo pienso plantar y ya no habrá nada que me pare, sea dominguet o viernes santo. Llámame arriesgado Erratticus, por la virgen Mary, just say it!!!
Lo que me sigue admirando es ver a Dolly en esta canción y descubrir el sinsentido homenaje que se desata ante nuestros tiernos ojitos. Ahí suben y bajan los niños de Von Trapp; en ese otro lado, las Sharks con pololos se enfrentan a unos jettis con sombrero; más allá una docena de novias en busca de buenos mozos emparentados. Luego un mar de paraguas más secos que la mojama, unas fair and funny ladies orgullosas y dispuestas. Una pareja (hombre-hombre) de iniciados al más puro estilo Oliveriano y para finiquitar el show nos aparece un numerito en el que Sandy y Danny no desentonarían ni lo más mínimo.
Llámame visionario Erratticus, just...

Errática Ana (Ana Calpena Santana) dijo...

Eres todo un señor de amplias miras Mr. Blood y eso se nota. Todo, y eso es lo bonito está interrelacionado. ¡Vivan los homenajes intencionados o no! ¡Y los plagios también! ¡Vivan los domingos y los lunes disfrazados!