sábado, 25 de febrero de 2012

Mi trayecto de Rufus Wainwright



Señoras y señores...una voz.



¡Vallisoletanos y granadinos! Estáis de suerte porque Rufus os visita. Al mismo tiempo que esto se publica Rufus está muy cerca, en Valladolid preparándose para su actuación. El 4 de mayo los granadinos podrán escucharle en la misma Alhambra. Yo me quedo en Madrid a la espera de que vayan floreciendo conciertos y venga a Madrid a pasearse una vez más ante el Bosco en el Prado. Y en un par de meses nuevo disco del muchacho. Por eso y porque no está de más, me pongo a repasar y repensar a Rufus.


Rufus ha sido como una espina dorsal de la música para mí. El comienzo, hace diez años en Moulin Rouge (Baz Luhrman, 2001). Allí, entre otros, sonaba Rufus con una canción y es lo que más se grabó en mí de todo lo que vi y escuché teniendo en cuenta que se trataba de un musical. Se agarró y me emocionó. En las cinco ocasiones en que le he visto en concierto solo la cantó en el lugar menos apropiado, en la sala de conciertos la Riviera. Y como en la mayoría de sus conciertos, lo recuerdo todo, las trenzas, las sandalias, la compañía, porque Rufus siempre se graba un poquito más hondo que el resto.







Complainte de la butte es una canción que escribió Jean Renoir  para su película French Cancan (1954). Y sucedió casi al tiempo, escuchar a Rufus y ver la película en esa escena en la que el productor del Moulin rouge (Jean Gabin), se quedaba maravillado por el descubrimiento de una muchacha que cantaba desde su ventana y que luego formaría parte del cabaret. Allí yo era Gabin.








Y el rastreo empezó y derivó en conseguir sus trabajos siempre con un poco de lógica por el dinero y por sentido común. Y así llegó All I Want. A Portrait of Rufus Wainwright, con videos musicales y entrevistas. Y más tarde el dvd del concierto homenaje a Judy Garland Rufus! Rufus! Rufus! Does Judy! Judy! Judy! grabado en directo en Londres. Y por supuesto sus discos. No todos, porque de los seis de estudio que tiene me faltan dos que aunque muy escuchados, físicamente no los puedo palpar y eso lo dejo como una indirecta para aquellos quebraderos de cabeza cumpleañeros de amigos una vez llegado el mes de noviembre. Cada uno tiene una vinculación. El último está vinculado a Barcelona muy acorde con la situación. Y estoy deseando que me retroalimente el último que va a sacar porque se supone que es alegre, optimista y bailable así que la primavera estará llena de color.



Su álbum Want one es tal vez el que más se acomoda a mis oídos. El más rico en cuanto a melodías y mezclas, el más complejo y sorprendente. Se publicó además en 2003 el año del cambio. Y en los coros, además están su hermana Martha, Teddy Thompson y Joan Wasser (Joan as police woman).








Son pocos los vídeos sean videoclips o grabados al momento con suficiente calidad para exhibirlos por lo que no hay mucho donde escoger. California tal vez sea una de las canciones más movidas entre tantas melancólicas que tiene Rufus. Pertenece a su segundo álbum Poses (este sí lo tengo) y tiene ese componente juguetón y de divo tan característico suyo. Además me parece muy gracioso el dúo que forma junto a su hermana, siempre tras de él hasta que se animó a ir en solitario.




El primero. El típico homónimo.



El segundo.





El tercero. El caballero.



El cuarto. La dama.




El quinto.




El sexto. Lo oscuro.



Sé que voy a ser atacada por muchos pero tras ver Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) se sobredimensionó en mí una película que resultó plana para mí porque al terminar la película y aparecer los títulos de crédito, mis oídos ¿qué escuchan?....a Rufus con Maker makes y salvó la película. En otra ocasión fui al cine a ver La edad de la ignorancia (L’âge des ténèbres, Denys Arcand, 2007) y no fue porque me gustaran El declive del imperio americano (Le déclin de l’empire américain, 1986) o Las invasiones bárbaras (Les invasions barbares, 2003) que por otra parte sí me gustan, sino porque allí en persona aparecía Rufus, muy acorde, muy teatral, tal cual lo descubrí por primera vez, coronado como si fuera un césar.


Hay muchas cosas, hay mucha conexión pero me las voy a reservar, en todo caso nos vemos por aquí en poco más de dos meses porque Out of the game su séptimo álbum de estudio está a puntito, a puntito.

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