domingo, 25 de agosto de 2013

Ev'ry time we say goodbye... Dejar ir.





¡Que se vaya! - No seas borde Candela.




Se trata de aceptar que las cosas se acaban como también aceptar abrirse completamente, dejarse invadir ante la venida de nuevas cosas. Parece evidente y obvio pero a ver quién es la lista o listo que se deja experimentar. Porque da miedo tanto una cosa como la otra, porque aunque nos aburramos, aunque nos quejemos de monotonía, alterar el día a día da vértigo. Y la caída en picado es mayor cuando tenemos que decir adiós.




La cancioncilla.




Para esos momentos recomiendo una canción que tiene casi setenta años y que es y será imperecedera para esas emociones. Se trata de la canción de Cole Porter Ev’ry time we say goodbye. Primero os la pondré sin letra ninguna pero con la emoción total saliendo del saxo de John Coltrane.










Ev’ry time we say goodbye fue la única canción que sobrevivió de un musical de Broadway que unía arquitectura, pintura, escultura, danza, drama, música y literatura. Su nombre visto lo visto era The seven lively arts. La de nombres que contenía el dichoso espectáculo: se celebró el estreno en el Zeigfeld Theatre que tiene mucho, mucho de musical; la música del ballet era de Igor Stravinsky; las canciones de Cole Porter;  Benny Goodman dirigía la orquesta y actuaba y Salvador Dalí realizaba la escenografía ya que andaba por entonces por EEUU y al año siguiente realizaría la secuencia onírica para Recuerda (Spellbound, 1945) de Hitchcock. Además el libreto  era de George S. Kaufman y de Ben Hecht (inabarcable aquí lo que hizo) y los sketches de entre otros Moss Hart y Robert Pirosh.






Pues sí, compongo melodías.




Pero el musical a pesar de todo no triunfó, no marcó una época, ni siquiera una bifurcación. Y como dije antes solo sobrevivió una canción; la nuestra. Así el crítico teatral de The New York Times Lewis Nichols escribía el día posterior al estreno, el 8 de diciembre de 1944 lo siguiente: «Cole Porter has written the music for the show, and the tunes definitely are not his best. Probably the nearest approach to the old Porter style--he will regret having written all those good ones in former years--is "Ev'ry Time We Say Goodbye».













Esta vez no va aparecer por estos lares Rufus Wainwright aunque podría porque también  ha cantado la canción de Cole Porter. Y también podrían aparecer otros pero aparte de Coltrane selecciono a la inevitable por imprescindible Ella Fitzgerald.  Esta versión es una delicia. Lo que me gusta de ella es que no es un susurro lo que escuchamos, ni una carrera de intensidad. Aquí hay lentitud, fraseo pero con fuerza,  donde la voz quiere decir más de lo que le manda la música. Fuerza y determinación en una queja.  Emotividad y suavidad en el recuerdo del encuentro. La unión del sino de la vida: acercarse y alejarse. Porque dejar ir es también dejar venir. Porque todo tiene que fluir. Be water muy friend.