lunes, 23 de noviembre de 2015

NO HOME MOVIE. CHANTAL AKERMAN SE DESPIDE CON UNA SONRISA.





Chantal sonriendo.





Tengo una carpeta en mi ordenador que se llama “escritos en proceso”. Casi todos los documentos que tengo dentro no hacen honor a ese nombre pues lo que más hay es estancamiento. El único que crece es el que se titula “suicidio”. La razón de su crecimiento es porque lo único que hago es incorporar datos, paso previo a la investigación  para poder llegar a la escritura. Porque con eso del suicidio, no se alarmen, no es que esté armándome de razones para tenerlo en cuenta sino como parte de un proyecto futuro, de escritura, repito. Mi recolección va encaminada a descubrir si los artistas que cometieron suicidio dieron avisos encubiertos o no en sus obras.  Si se instaló en ellos disfrazado de creación artística. Si para algunos, la creación artística fue el enganche vital que evitó durante un tiempo llevar a cabo aquello que tenían claro. Si para otros, toda su obra fue una constatación. Descubrir si muchos ayudaron, no a incitar a la humanidad a desertar, sino a reflexionar  y ver con más lucidez para así ser más conscientes y por lo tanto más capaces del disfrute de la vida aunque suene irónico.


Es largo el proceso que me espera si es que en algún momento me pongo en serio. Es largo y controvertido. A las pocas personas que se lo he comentado de pasada, me han mirado raro o al menos con preocupación. Sus  miradas y comentarios han hecho que reflexione y analice el proyecto y a mí misma. Tal vez por eso no hago nada: por miedo a que tengan razón, por miedo al desacuerdo, por miedo a simplemente acabar las cosas.





Su último testimonio.






Es evidente que todos los que entran a formar parte de mi base de datos son artistas ya desaparecidos. Aún no he llegado al punto de advertir indicios en artistas vivos ni por trabajo hecho sobre el tema ni porque sea tan macabra. La mayor parte de los artistas que están en mi carpeta son escritores. Es el gran ejercicio íntimo. No es un trabajo colectivo como es el caso del cine. Tal vez por eso Chantal Akerman se desveló en lo que escribió y no en su obra. Al menos yo que tanto he visto sus películas no he visto indicio directo.





Sus heridas desveladas.
El 5 de octubre de este año 2015 murió con 65 años la directora de cine belga Chantal Akerman. Lo último que rodó fue No home movie, un documental donde graba a su madre en su casa en Bruselas. El final de su madre estaba cerca y el suyo también aunque estuviera trabajando con El idiota de Dostoievski. En el documental no aparece la muerte de la madre pero sí se intuye ese final. La hemos visto comiendo, leyendo, hablando con ella por skype y andando por la casa hasta que en la parte final la vemos de espaldas en la mesa del comedor y sentada en un sillón. Son dos escenas que avisan del final. Chantal, que le gusta filmar su recorrido está filmando a su vez su propia despedida. Su madre murió un año y medio antes que ella, en abril del año 2014. Y ella ya avisó de lo que sucedería tras fallecer su madre. Así lo dijo en 2013 cuando escribió Ma mère rit (Mi madre ríe):




« Un jour j’ai même voulu me suicider mais en souriant, surtout en n’oubliant pas de sourire comme si c’était un geste sans conséquence. Heureusement ça l’était puisque j’ai survécu. J’ai survécu à tout jusqu’à présent et j’ai souvent eu envie de me suicider. Mais je me disais je ne peux pas faire ça à ma mère. Après, quand elle ne sera plus là »


 « Yo quise, incluso, un día suicidarme pero sonriendo, sobre todo no olvidando sonreír como si fuera un gesto sin consecuencia. Afortunadamente lo fue porque sobreviví. He sobrevivido hasta ahora y he tenido a menudo ganas de suicidarme. Pero me decía que no podía hacerle eso a mi madre. Después, cuando ella ya no esté”.





Madre e hija.





La tranquilidad de una decisión, la tranquilidad de ser consciente de una decisión, la tranquilidad de la despedida. La sonrisa es la gran pista. Que haya titulado así el libro que escribió sobre su madre o que dentro de él hable de las ganas de su despedida con una sonrisa en la cara. Incluso su madre en el documental le dice por skype: “Cuando veo tu sonrisa, me hace feliz” y en otra ocasión “tienes una sonrisa muy bonita”. Y lo afortunados que somos de haber vivido su recorrido personal y profesional y asistir a su despedida.




Anna abre cortinas.



Chantal cierra cortinas.





Porque Chantal se despide de nosotros en el documental al tiempo que sale de la casa de su madre. Sentada en  la habitación donde ha dormido, se pasa las manos por la cara repetidamente y se ata los cordones de sus zapatos. Esos cordones que siempre de pequeña llevaba sueltos; detalle que antes habíamos escuchado en boca de su madre. Antes de salir de allí se levanta y cierra las cortinas dejando la habitación a oscuras. Esas cortinas son  muy significativas ahora. Esas cortinas que siempre ha descorrido ahora las cierra. Es el momento de la despedida. La imagen que ahora mismo recuerdo es la de Anna, la protagonista de Les rendez-vous d’Anna descorriéndolas y mirando hacia la calle unas veces vestida, otras desnuda. Viendo ahora a Chantal, de país en país y de aeropuerto en aeropuerto, Anna sigue siendo su álter ego.





Jeanne en su cocina.





No home movie es un compendio de su obra que está íntimamente relacionado con su persona. La cocina de su madre es un lugar muy importante para conversar con ella mientras comen o desayunan. Una cocina de color verde/azul que inevitablemente recuerda a aquella otra, la gran cocina, la de Jeanne Dielman. Curiosamente lo primero que rodó Chantal fue el corto Saute ma ville (1968) y se desarrolla en una cocina, donde ella se encierra y hace saltar por los aires. Ya desde el principio había una despedida, aparte de representar las convenciones de género que ella destroza. Y los graciosos y rápidos momentos de la propia Chantal en la cocina en L’homme à la valise (1984) para no coincidir con su inquilino es otro de los momentos que más recuerdo. Curiosamente, ahora, al final, en No home movie, descubrimos que la comida le angustiaba. Su madre incluso le recuerda que cuando ella estaba preparando la sopa ya lloraba porque tendría que comer.





El reclamo de una madre.






La madre, su madre. Por skype su madre le pregunta por qué la está grabando y ella le contesta que graba a todo el mundo pero especialmente a ella. Ella ha sido siempre determinante y ha estado representada en su obra. En 1977 salió News from home que ya por el título está ligada con esta última obra inevitablemente. En esta maravilla de News from home vemos los paisajes neoyorkinos que Chantal recorrió mientras vivió allí entre 1971 y 1973. El sonido ambiente de las calles solo se rompe con la voz de la propia Chantal que lee las cartas que su madre desde Bruselas le enviaba a Nueva York. Unas cartas demandando su presencia. Siempre he visto una vinculación entre Chantal y Simone de Beauvoir más allá incluso de lo razonable. Y la figura de la madre aunque con mucha diferencia las vinculaba. La madre de la escritora francesa también le reclamaba: “¡Me has tenido dos meses sin carta!” cuenta en Una muerte muy dulce, la obra que es el paralelo de Ma mère rit de Chantal. Pero es en Chantal donde realmente hay dulzura por ella y por el perfil de madre. Porque según Simone de Beauvoir su madre “vivió contra sí” y le confesó: “Tú me das miedo”.





El encierro de Chantal en Tel-Aviv.






Volviendo a No home movie, como obra final, también nos muestra la propia sombra de Chantal reflejada en el agua de la playa. La playa es el único momento en que Chantal filma un exterior en su documental Là-bas (2006), único momento donde sale de su apartamento en Tel-Aviv. No la vemos, solo vemos lo que observa en su apartamento y desde su apartamento. Aquí recuerda el suicidio de la madre de Amos Oz y el de su propia tía Ruth. Tal vez un detalle simplemente pero la primera pista que encuentro sobre este tema en su obra cinematográfica aunque sea indirectamente. Y no es solo la playa lo que lleva a Là-bas sino esa insistencia en averiguar, en hablar o no, en poner sobre la mesa, sobre la pantalla la Shoah. La historia de su madre, la historia de su familia, la historia del pueblo judío son intentos de conocer su propia historia, tal vez de entender, de justificarse. Pero ella ya realizó su trabajo. Tal vez lo entendió ya todo o simplemente quiso descansar.