Varias circunstancias han coincidido en mis alrededores para que tengamos aquí y ahora Cantando bajo la lluvia (Singin’ in the rain, Stanley Donen & Gene Kelly, 1961). Aunque para verla no es necesario ninguna excusa. A finales de este mes de febrero y hasta mitad de marzo en el Círculo de Bellas artes bajo el título de La edad de oro del musical americano, título muy simple y muy aclaratorio podremos ver ocho películas que van desde 1949 Un día en Nueva York (On the town, Stanley Donen & Gene Kelly) hasta 1961 con West side story (Robert Wise, Jerome Robbins). Ya se sabe: versión original, pantalla grande...
La Cineteca: buen envoltorio, buen contenido. |
Por otro lado, el otro día estuve en la Cineteca, el nuevo espacio para el documental en Madrid dentro del Matadero. Un espacio a visitar, una sala en la que perderse. Parece como si estuvieras bajo un cielo estrellado de noche preparado para ver algo especial. El espacio es un envoltorio perfecto y engrandece lo que allí se muestre. Es espectacular. Y lo acompaña también la disposición de las butacas en plano vertical tal cual los antiguos anfiteatros pero sin la tendencia circular de estos. Ya sé que en los nuevos complejos cinematográficos las butacas están dispuestas así pero ahí pierden la gracia. Yo hablo de salas individuales, sobrias, donde ver cómodamente buen cine. Por eso se agradece y son las mejores para mí la Sala Berlanga, el auditorio del Caixa Forum y esta sala Azcona de la Cineteca. Durante la segunda mitad de febrero proyectan unas cuantas cositas de los directores Danièle Huillet y Jean-Marie Straub bajo el título Exigente sí, difícil no: El cine de Straub/ Huillet. Retomando: pues el otro día vi un documental sobre los actores que fueron a Hollywood en los años veinte a rodar las versiones en español de las películas norteamercianas para el mercado hispano. Se llama Hollywood talkies y lo han dirigido Óscar Pérez y Mia de Ribot, producido por Luis Miñarro que se presentó en el pasado Festival de cine de Venecia.
Los directores de Hollywood talkies. |
El documental alterna fotografías en blanco y negro de la época con imágenes en video pero en plano fijo en color de esos lugares en la actualidad; esos lugares que contextualizaron su estancia allí. Presenta un diálogo temporal pero desde el hoy, desde el final de esa aventura, desde el fracaso, ilusiones perdidas, caída de un mito: desde la ausencia como declaran los directores. Las imágenes en color solo muestran espacios deshabitados bien sea playas, un cine, un estudio o una calle que siendo video, siendo tiempo detenido en el que el espectador nota que el tiempo pasa y en el que no pasa nada es más desolador; la ausencia queda sellada. Y las fotografías en blanco y negro al contrario muestran a esos actores españoles mirando a cámara, posando, mostrando un estilo como el que quieren adaptar de Hollywood: colores claros en las ropas, peinados muy definidos.... Estaban allí y querían dejar constancia de la ilusión y orgullo que eso suponía pero no salió bien la aventura. El proceso, los detalles, las historias particulares van salpicando las imágenes bajo una voz en off que nos descubre muchas curiosidades de cómo se realizaban por la noche esas copias de películas americanas que se hacían durante el día aprovechando los mismos escenarios y vestuarios. Y no solo revela modos de producción sino la experiencia de los españoles en esa tierra, en ese modelo de producción, en ese estilo de vida. Muy gracioso el momento de no recuerdo qué actor que le manda una carta el estudio diciéndole que no tomara más el sol en las playas californianas porque para el papel de negros ya tenían muchos ellos allí. Para estos actores era lo máximo a lo que podían aspirar, para los americanos lo peor. Una manera de castigar a algún director era mandarle a rodar estas películas. Y así muchas historias que acabaron pronto cuando se dieron cuenta de que el sistema de rodar estas películas era totalmente un fracaso y entonces la ilusión tuvo que volverse a España encontrándose con una guerra y con historias muchas veces trágicas.
La sufrida Debbie tras dar los buenos días. |
Resulta muy interesante el documental y la música final de Taku Sugimoto me encantó. Pero retomando otra vez la vereda perdida: Cantando bajo la lluvia. Esta película se centra en la época del comienzo del sonoro, en los años veinte. Otro tipo de adaptación en la misma época que la que presentaba Hollywood talkies. Me vino a la cabeza la película. ¿Y por qué esta canción? ¿Porqué Dream of you? Supongo que habrá muchas razones personales, emocionales, psicológicas que deducir o no, pero así por encima recojo dos. Investigando, leyendo y conociendo el trasfondo, resulta que la propia Debbie Reynolds era una sufrida tanto en lo personal (su marido la abandonó para casarse con Elizabeth Taylor) como en lo profesional. Por cierto, su hija Carrie Fisher (la princesa Leia) tiene una biografía que estoy deseando leer, llena de un sentido del humor cargado de sarcasmo donde la madre, el padre, las drogas y demás pululan a sus anchas. Pues retomando lo profesional en el mundo de Debbie, pues se encontró en Cantando bajo la lluvia con dos hombres, Gene Kelly y Stanley Donen tan estrictos y profesionales y perfectos que exigían más allá de lo posible a la pobre Debbie. Y aquí está ella en su numerito, cantando, actuando y coreografiada y cada vez que la vuelvo a ver veo cuánta alegría, y qué pizpireta parece Debbie pero cuanta repetición, tiritas y frustración aparecería en el backstage. Y por otro lado una letra tan sencilla y tan rápida te confortaba poder intentar cantarla, así que colaboró en reforzar mi simple inglés. De todas formas es un momento musical divertido, colorido, naif, coqueto…. Para disfrutar. ¿Por qué no?
2 comentarios:
Tengo debilidad por esta peli y por su banda sonora y ¡coreografías!¿Quién no?:-)
De pequeña así descubrí, que me gustaban los ¡musicales! (los buenos, por supuesto)
Gracias por esta entrada.
Te preguntaré más acerca de la cineteca.
Ha caido en mis manos la programación, y he de reconocer que no conocía su existencia.
¡Bsos wapa!
¡Muaaaaaaaaaakkkkkkkks!
Nunca están de más los musicales y dejarse llevar....¡Gracias Bea por estar ahí!
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