sábado, 2 de febrero de 2013

Homenaje a André Breton.







Breton como que dibuja, como que escribe.






«Si alas no tengo, si puede ser momentos detrás de todo, y si encima me coges te desangro, lo gore de eso es que no me lo pidió nadie. Mañana es mañana cuando es porque si no Emmanuele. Mi foto no se descubre sino es porque tú la pegatina me quitaste. Suerte y sujeto que no quiero hablar y si lo hago pues me quedo entera, entera y clara como la que yo dije el otro día. Luna luna luna sin comas sin espacios ni suspiros. Y el ala de nuevo del leve abanico cuánto me gustaba la matemática de las palabras y ahora no sé si puede ser que sigamos en lo mismo. Se cambia, se cambia y se transforma porque no es lo mismo decir lo mismo que decirlo igual. En esas estamos y cuando el oro vino de abajo pues todo se quedó tranquilo. La desnudez, la libertad está conseguida otra cosa es que desee instalarse porque el rojo del pelo está revuelto y los abrigos abotonados de lado me divierten más que las hojas que son muertas pero que no están muertas. Escupir e intentarlo es difícil pero interesante cuando te desatas. Y desatada te desatascas y si alguien entiende algo se agradece pero si alguien no entiende nada se reverencia. Demasiado entendimiento contínuo. Encima de todo la mesa está puesta y el hule no se quitó porque el sudor de la carne es el peor si no está en contacto con el muñeco que decidió instalarse. Ejem que no ejemplo. Los sonidos siempre me han invadido y detrás de cada hombre se encuentra la sombra de su perro. Porque los carteles y ante bajo, con contra desde siempre me ha producido una cantinela agradable más que que te caiga la nieve lentamente. Nieve, qué frío tengo pero al mismo tiempo no sé construir poesía. Me avergüenzo y cuidado con las palabras así que no puedo borrar la vergüenza pero me es imposible sustituir el párrafo entero así que lo subrayo porque los errores son errores y son de lo de siempre. Asiéntate, asiéntate y si no juegas pues observa porque mantener una mirada es más difícil que participar. Porque la participación es muy ancha como Castilla lo fue en su momento. Suspiro es lo que quiero decir ahora y obvio, que siempre me ha gustado y los gustos ya sabemos cómo son que son como los colores y si el color blanco no es un color pues que se fastidie. Aquí estaremos esperando que diga algo. Me encanta que vaya y venga y cuando viene se vuelva a ir y siempre el devenir se convierte en ahora y tanta filosofía me exaspera y de nuevo vuelvo a los ojos y la boca porqué no porque la boda se enciende y separa y vuelve a salir. Libertad y entereza porque lo entero qué bonito es cuando se descompone. Adiós hasta aquí llego que me canso pero no físicamente ni mental, ni moral ni económicamente es un mente que no veo pero que siento y en esas estoy sentándome  y me quedo quieta».




Este es mi pequeño homenaje a André Breton. Nada más levantarme, cuando el sueño aún se imponía a la realidad, directamente me he dispuesto a escribir sin pausa y sin reflexión aparente. Y del resultado no he cambiado más que los errores tipográficos, no he puesto ni he quitado una coma. Una nunca llega a liberarse del todo porque somos juguetes de nuestra memoria como decía Breton pero es un gran paso. Es todo un ejercicio de curiosidad y revelación, de introspección y liberación. Te dejas llevar y las trabas desaparecen. Y como dijo Valéry, que él nunca escribiría: “la marquesa salió a las cinco”, yo tampoco lo he hecho, ni ningún derivado. Pequeño logro en el que me fijo.






Lo manifiesto.





1924 fue el año en que Breton se manifestó manifiestamente a través de un manifiesto; el manifiesto surrealista. Este movimiento en la practicidad se mostraba con la escritura automática; el libre ejercicio del pensamiento. Escribir lo que directamente saliera de tu mente sin cortapisas, sin reflexión, sin lógica ninguna. Eso es lo que yo he intentado.





Aleixandre, Cernuda y Lorca. Mucha cosa junta.





En España se asimiló el surrealismo pero como una forma de mirada. La concreción de la escritura automática no figura. Sin embargo muchos poetas sí fueron seguidores de su ideario, entre ellos Vicente Aleixandre que escribió en 1966, año en que muere André Breton, el poema Funeral en su memoria. Aquí unos extractos.



Alguien me dice: ha muerto André Breton.

España, antaño en piedra bajo el sol.
Quemada, extensa, en lenguas se abrasó.
Pues ella entera y sola se entreabrió:
oh, voces minerales en que ardió.


Coro andaluz real que no cesó.
Que suena en vida o muerte, en su pavor.
Que alarga un mudo brazo y dice adiós.
Adiós, André Breton.




Y hablando de manifiestos, curiosamente el último que he escuchado hasta el día de hoy ha sido el de Marina Abramovic. Salían algunas líneas leídas por ella misma en el documental Marina Abramovic: The artist is present (Matthew Akers & Jeff Dupre, 2012) cuando recibió un premio en Italia. Documental recomendado para la emoción y el intelecto cien por cien. Hoy curioseando sobre el texto completo de la artista descubro que finaliza con el funeral del artista, curioso encuentro entre Breton, Aleixandre y Abramovic. Así, después de comentar lo que un artista debe o no hacer termina con el último de los últimos actos.







“Debe dar instrucciones sobre su funeral para que sea de la manera en que lo quisiera.
El funeral es la última pieza del artista  antes de su partida
El funeral es la última pieza del artista  antes de su partida
El funeral es la última pieza del artista  antes de su partida”



En mundo y situación tan crítica como la actual surgen movimientos, surgen cambios, nuevas propuestas. El ser humano se interroga, se observa, se analiza, se mira. El surrealismo y cualquier movimiento surge de una época convulsa por anclada o descolocada. Aprovechemos individualmente a colocar una espinita sobre nosotros y liberarnos desde el hecho más pequeño como escribir con el automatismo puesto. Paso a paso.



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